miércoles, 17 de diciembre de 2008

Los expertos recomiendan no usar Explorer 7 por un grave fallo de seguridad


Un agujero en el navegador más usado del mundo permite que los piratas ejecuten programas de robo de claves en casi cualquier ordenador Microsoft afirma que "sólo" afecta a Windows XP, Windows Vista, Windows Server 2003 y Windows Server 2008

Ha vuelto a pasar. Una vulnerabilidad de las denominadas de "día cero", esas que los piratas informáticos son capaces de explotar desde el mismo día en que sale a la luz una nueva actualización de un programa, pone en riesgo la privacidad de millones de usuarios del planeta.
El agujero de seguridad permite a los atacantes ejecutar un programa sin la autorización ni el conocimiento del propietario de un PC que esté usando Internet Explorer 7 a la hora de visitar cualquiera de los más de 10.000 sitios que están distribuyendo ese código malicioso.
Cuando eso ocurre, el ordenador del usuario pasa a enviar sin descanso datos acerca de lo que éste hace. Incluidas las contraseñas para entrar en el banco.
Cualquiera puede infectarse
Y si piensa que basta con no navegar por páginas de China, por ejemplo, para mantenerse a salvo: se equivoca. El simple hecho de usar Explorer 7 convierte al PC en "colectivo de riesgo".
En los últimos meses es cada vez más frecuente que los piratas se hagan también con el control de páginas web honradas sin el conocimiento de sus editores. De esa manera multiplican la difusión de sus programas troyanos.
No hay arreglo
No se espera que Microsoft resuelva la papeleta pronto. El descubrimiento de esta vulnerabilidad le ha pillado con el paso cambiado y de momento no tiene respuesta.
Los expertos, en cambio, lo tienen claro. La única solución hasta que la empresa de Redmond decida emitir una actualización de urgencia es utilizar otro navegador, como Firefox o Safari.
Sólo afecta a todos sus sistemas
En una alambicada nota la fabricante de Explorer detalla que el fallo "sólo" afecta a Explorer 7 en las siguientes versiones: Windows XP Service Pack 2, Windows XP Service Pack 3, Windows Server 2003 Service Pack 1, Windows Server 2003 Service Pack 2, Windows Vista, Windows Vista Service Pack 1, y Windows Server 2008.


Fuente www.adn.es

La obesidad también está en el cerebro


Los expertos descubren seis variantes genéticas que parecen estar en el origen del incremento de peso


La obesidad podría ser "una cosa del cerebro" antes que una disfunción del metabolismo, señala un nuevo estudio que revela la existencia de seis genes vinculados a esa condición.
Cinco de los genes están activos en el cerebro, motivo por el cual los científicos creen que ese descubrimiento podría posibilitar nuevas terapias tendentes a modificar la actitud mental de las personas ante los alimentos más que su deseo de comer.
El estudio, publicado en la revista Nature Genetics, se basó en el análisis genético de 90.000 personas cuyo ADN se analizó en busca de mínimas mutaciones y se comparó con su índice de masa corporal.
Los expertos descubrieron seis variantes genéticas que parecen estar en el origen de un pequeño, aunque muy significativo, incremento del peso.
Si en una persona se diesen esas seis variantes, pesaría de un kilo y medio a dos kilos más que un individuo medio.
El hecho de que cinco de esas variantes estén vinculadas a genes activos en el cerebro permite pensar que la obesidad tiene que ver con ese órgano.
"Es sorprendente que sea el cerebro -y no el tejido adiposo o los procesos digestivos- el más influido normalmente por la variación genética en la obesidad", afirma Ines Barroso, del Wellcome Trust Sanger Institute, cerca de Cambridge (Reino Unido).
Consumo y gasto energético
Se calcula que entre un 40 y un 70% de la variación del índice de masa corporal se debe a los genes, pero hasta hace poco se pensaba que los genes vinculados a la obesidad eran los que modificaban la fisiología del cuerpo como el gen LEP, responsable de la hormona llamada leptina, que modula el consumo y gasto energético.
Según Ruth Loos, de la Unidad de Epidemiología del Consejo de Investigaciones Médicas de Gran Bretaña, las mutaciones que se producen en los genes activos en el hipotálamo influyen fuertemente en el peso de las personas.
"Las personas portadoras de esas mutaciones son muy obesas. Tales mutaciones pueden considerarse excepcionales, pero creemos que puede ocurrir algo similar en el caso de la obesidad común. Muchos, si no la mayoría de los genes asociados al incremento del índice de la masa corporal están activos en el cerebro", señala Loos.


Fuente www.adn.es

Salir a tomar el aire mejora la memoria y la atención, según un estudio


Un paseo por el parque, estirar las piernas... cualquier excusa es buena para darte una vuelta y mejorar tu concentración Ver fotografías de paisajes no es tan efectivo, pero también sirve para desconectar


Investigadores de la Universidad de Michigan (EE.UU.) han descubierto que la memoria y la atención mejoran un 20% después de pasar una hora en contacto con la naturaleza o simplemente dando un paseo por un parque.
La investigación, publicada en la edición de diciembre de Psychological Science, confirma la creencia popular de que es bueno salir a tomar el aire o dar una vuelta para despejarse.
Los autores del estudio, Marc Berman, John Jonides y Stephen Kaplan, de la facultad de Psicología de la Universidad de Michigan, consideran que los resultados obtenidos pueden ayudar a las personas que padecen de fatiga mental.
Incluso ver fotos
Caminar en un parque, no importa si hace calor o hace frío, o incluso ver fotografías de la naturaleza puede ayudar a mejorar la memoria y la atención.
Berman señaló que "interactuar con la naturaleza puede tener efectos similares a la meditación", algo que probaron con un experimento en el que pusieron a prueba su teoría de que esa actividad mejora los procesos cognitivos.
Los participantes en el ensayo tuvieron que caminar por el campus universitario, por el jardín botánico, por un parque de la ciudad e hicieron rutas urbanas.
El estudio revela que los que caminaron en el parque mejoraron su memoria de corto plazo en un 20 por ciento, pero no mostraron mejoras cuando caminaron por la zona urbana.
Según los científicos, las distracciones y el bullicio de la ciudad estimula a la gente, pero parece que consume atención y memoria, mientras que la naturaleza tiene un efecto calmante y regenerativo en las personas.
De hecho, según los investigadores, estar en contacto con la naturaleza también puede tener beneficios en el tiempo de recuperación de pacientes con cáncer y ayuda a mejorar la memoria y la atención.
"Encontramos los mismos beneficios cuando había 26 grados y era un día soleado de verano, que en días de enero con una temperatura de menos 4 grados", apuntó Bergan, "la única diferencia fue que los participantes disfrutaron más las caminatas de primavera y verano que en los días fríos de invierno".
Otra de las teorías que han constatado es que mostrando imágenes urbanas y de naturaleza el efecto es el mismo: la naturaleza relaja y favorece la concentración.

Fuente www.adn.es