martes, 26 de enero de 2010

El hombre podrá saber en diez años si está solo en el Universo




El presidente de la Real Sociedad de Astronomía de Reino Unido, Martin Rees, dijo que la tecnología ha avanzado tanto" que en los próximos diez años el hombre tendrá una idea más clara de si está solo o no en el Universo.


En declaraciones a la BBC, recogidas, Rees explicó igualmente que, por primera vez, el hombre podrá tener esperanzas realistas de detectar planetas algo más pequeños que la Tierra orbitando alrededor de otras estrellas. En este sentido, indicó que el desarrollo de los telescopios espaciales permite a los astrónomos encontrar y "afinar" su búsqueda hacia posible vida alienígena. "Seremos capaces de descubrir si esos planetas tienen continentes y océanos, y conocer qué tipo de atmósfera tienen", dijo el cosmólogo durante una conferencia sobre el descubrimiento de vida extraterrestre, celebrada en Londres. "A pesar de que llegar a conocer si hay vida en alguno de ellos será una apuesta arriesgada, ya es un progreso tremendo el ser capaces de conseguir imágenes de otros planetas como la Tierra", aseguró Rees.


En esta línea, destacó que si finalmente se encuentra vida fuera de la Tierra "se convertiría en uno de los grandes descubrimientos del siglo XXI" y agregó que los expertos llevan más de cincuenta años "rastreando el espacio" para encontrar vida inteligente más allá de las fronteras terrestres. "Sospecho que puede haber vida ahí fuera de maneras que ni siquiera podemos concebir. Y puede haber, desde luego, formas de inteligencia más allá de la capacidad humana", concluyó Rees.




jueves, 21 de enero de 2010

Las pirámides fueron obra de trabajadores libres, no de esclavos.


  • Fueron enterrados cerca de sus reyes, lo que demuestra su prestigio social. Los ganaderos del Delta enviaban abundante carne para alimentarlos.

Para la memoria colectiva, alimentada por la tradición judeocristiana y las películas de Hollywood, las pirámides fueron erigidas por esclavos famélicos encargados de arrastrar toneladas de piedra mientras eran maltratados por sus capataces. Unos pocos van más allá y las consideran una prueba de la presencia alienígena en el planeta Tierra.

Pues no: ni siervos ni extraterrestres. Los últimos hallazgos confirman que los 'peones' de los faraones era un ejército de trabajadores de la construcción, bien alimentado, organizado y completamente libre -como ya apuntaban algunas investigaciones de los años 90- que realizaba su trabajo de forma profesional.

Finalizada la excavación inicial del 5% del área donde se suponían enterrados los obreros, las autoridades egipcias han comunicado sus primeras conclusiones. Han sido halladas las tumbas de decenas de braceros que levantaron las dos pirámides más antiguas del Valle de Giza, Keops y Kefrén, al principio de la Cuarta Dinastía o, lo que es lo mismo, hace más de 4.500 años. Se trata de pozos que contienen docenas de esqueletos pertenecientes a los jornaleros, bien preservados gracias a la arena seca del desierto y enterrados junto a jarras de cerveza y pan para su otra vida.

El anuncio lo realizó el polémico ministro de Cultura egipcio, Farouk Hosni, y fue detallado por el jefe del Consejo Supremo de Antigüedades egipcio, Zahi Hawass, un ambicioso 'Indiana Jones' nacionalista que suele publicitar sus descubrimientos para mayor gloria propia y de su país. "Estas tumbas fueron construidas al lado de la pirámide del rey, lo que indica que esta gente no era de ninguna manera esclava", explicó Hawass. "Si hubiesen sido esclavos, no se les habría permitido construir sus tumbas al lado de la de su rey", agregó.

El panteón más destacable de los hallados es una estructura rectangular con techo abovedado que contiene varios nichos. La bóveda confirmaría que la edificación data de principios de la Cuarta Dinastía. Otros dos panteones inferiores en tamaño, más al sur, provienen de la misma época. 44 cabezas de ganado al día

Amigos de Khufu

La situación de las tumbas, al sur de las tres pirámides y de la imponente Esfinge y a la entrada de una necrópolis, no es la única razón que lleva a los arqueólogos a replantearse el estrato social al que pertenecían los obreros. Los nichos albergaban trabajadores que levantaron las pirámides de Khufu y Khafre. Anteriormente, Hawass había anunciado el hallazgo de inscripciones en las paredes en las que los peones se calificaban de "amigos de Khufu", lo que vendría a demostrar el respeto que sentían hacia el faraón para el que edificaban.

¿Y el mito de la famélica legión? Hawass sostiene haber hallado pruebas de que los granjeros del Delta del Nilo enviaban cada día 21 búfalos y 23 ovejas a la explanada donde fueron levantadas las pirámides para alimentar a los obreros, que no se calculan en más de 10.000 pese a la estimación del historiador griego Herodoto, que hablaba de 100.000 'esclavos'. Los peones rotaban cada tres meses, podían ser atendidos in situ de las lesiones que les producía su labor y aquellos que fallecían durante el trabajo eran sepultados en el área. Los ganaderos egipcios que les enviaban los alimentos estaban exentos de pagar impuestos, lo cual es atribuido al hecho de que participaban en un proyecto nacional.

Según Hawass, el hallazgo de las tumbas de los constructores de las pirámides es uno de los descubrimientos más significativos de los siglos XX y XXI, y viene a confirmar las primeras investigaciones realizadas en los años 90, en las que los expertos ya cuestionaban el mito de los esclavos. En concreto, fue el egiptólogo Mark Lehner quien dio con las claves de quién había levantado las pirámides. Tras realizar un estudio geológico inaudito en el Valle de Giza, los estratos de las piedras y los fósiles hallados en las piezas que forman las tumbas faraónicas le permitieron hacer el camino inverso que hicieron las rocas, y de esa forma logró aproximarse al área donde tenían que haber residido los trabajadores. Su esfuerzo permitió el hallazgo de dos ciudades vecinas que albergaban a los peones de los faraones, las mismas que siguen siendo excavadas por las autoridades egipcias.

Panaderías, graneros

Para los antiguos egipcios, cuando el faraón moría se convertía en Osiris, rey de los muertos, mientras que su sucesor se transformaba en Horus, Rey de los Cielos y protector del Rey Sol. La creencia implicaba que parte del alma del rey fallecido, llamada Ka, permanecía en el cuerpo, lo cual obligaba a momificar el cadáver para evitar su descomposición, lo que sin duda dificultaría su labor como nuevo rey de los muertos. Algo semejante sólo podía traer desgracias al Antiguo Egipto. De ahí que la momificación y la edificación de la tumba donde el rey descansaría fueran extremadamente cuidadas.

Esas convicciones en una sociedad fuertemente jerarquizada y religiosa apoyan la idea de que trabajar en la construcción de las tumbas de los faraones fuera un trabajo anhelado, profesionalizado y en absoluto infravalorado. Desde que, hace 20 años, fuera hallado casualmente el muro exterior de lo que se supone que fue una de las ciudades de los constructores -para gran alegría de Lehner-, las excavaciones han hecho emerger la panadería más antigua de Egipto, que podía hornear miles de hogazas al día, así como casas, cementerios, graneros y carnicerías donde se han hallado miles de restos de ganado.

Según 'National Geographic', algunos de los obreros trabajaban de forma permanente para el faraón, mientras que otros eran reclutados en pueblos cercanos para faenar de forma temporal. Entre los restos de trabajadores exhumados se han hallado mujeres.

Fuente: www.elmundo.es

jueves, 14 de enero de 2010

Hallan un nuevo planeta extrasolar por casualidad



Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid han descubierto el planeta extrasolar más joven localizado hasta ahora en torno a una estrella. El hallazgo, que se ha publicado en la revista 'Astronomy and Astrophysis', se produjo por casualidad, pero cubre un vacío científico en las edades estelares.


María Magdalena Hernán Obispo, que realiza su tesis sobre la actividad magnética de las estrellas jóvenes y ha dirigido este trabajo, se topó con el astro cuando analizaba la velocidad radial de la estrella BD+20 1790, en la constelación de Géminis, con los datos que había tomado en los observatorios de Calar Alto (Almería), el Telescopio Nazionale Galileo (La Palma) y el Liverpool Telescope.
Esta técnica, de análisis de la velocidad radial, es la que ha servido para descubrir el 90% de los más de 430 exoplanetas que se conocen. "En este caso, observé que esa velocidad no variaba en el periodo que correspondía a una estrella de este tipo, así que tenía que ser un planeta. No lo buscaba, pero lo encontré", reconoce la investigadora.
Con la colaboración de otros astrofísicos de la Complutense y otras instituciones, ha averiguado que el planeta, bautizado BD+20 1790 b, tiene únicamente 35 millones de años y se trata de un 'Júpiter caliente', es decir, un gigante gaseoso (con seis veces la masa de nuestro Júpiter) que está situado muy cerca de su estrella.
Hernán Obispo explica que su especial interés radica en que es un planeta muy joven, por lo que puede ayudar a entender cómo se produce su formación a partir de los discos de materia que rodean las estrellas y que se disipan a los 10 millones de años. El BD+20 1790 b, que aún está en su etapa infantil, será de gran utilidad para comprender mejor cómo, cuándo y dónde se forman estos astros.
De hecho, el anterior exoplaneta más joven, de la estrella HD70573, se estima que tiene 100 millones de años, tres veces más que el ahora localizado. "Podemos decir que se trata del 'eslabón perdido' entre una estrella en la que se están formando los planetas y un sistema como el Sol, con muchos miles de millones de años", añade la astrónoma.
Tras este gran hallazgo, Hernán Obispo, de 36 años, ya prepara otros dos artículos científicos sobre el mismo astro, en concreto sobre cómo la presencia del exoplaneta está ampliando la actividad magnética de la estrella a la que orbita.
En el trabajo que ahora ha presentado ha contado con la colaboración de los profesores de la Complutense Elisa de Castro y Manuel Cornide; de Guillem Anglada, del Carnegie Institution de Washington; de Maricruz Gálvez y John Barnes, de la Universidad de Hertfordshire; y de Stephen Kane, del Instituto de Exoplanetas de la NASA.

El genoma de la soja abre una nueva puerta al cultivo de biocombustibles


La soja se ha convertido en los últimos años en uno de los cultivos mayoritarios a escala mundial debido a su gran contenido en proteínas y aceites usados para la alimentación humana, la producción de piensos para los animales y, más recientemente, para fabricar biocombustibles. Ahora, la publicación, en el número de hoy de la revista Nature, de la secuencia genética completa de esta leguminosa abre nuevas puertas para la mejora de las diferentes variedades utilizadas para unos y otros usos.

«Esta investigación acelerará el desarrollo de los biocombustibles, particularmente del biodiésel», asegura Scott Jackson, el autor principal del trabajo perteneciente a la universidad estadounidese de Purdue (EEUU).
«Con esta información en nuestras manos podemos encontrar los genes que contribuyen a producir más aceites y mejores biocombustibles». Además, el conocimiento del genoma de la soja permitirá, por ejemplo, reducir los residuos generados por las industrias porcinas y avícolas o crear variedades resistentes a enfermedades devastadoras, como la roya asiática de la soja, que genera pérdidas en algunos países de hasta el 80% de los cultivos.
Los resultados de la investigación muestran que el ADN de esta planta contiene en sus 20 cromosomas alrededor de 46.000 genes, más del doble que el ser humano y varios miles más que el genoma del trigo, uno de los más complejos que se han descifrado hasta la fecha. Sin embargo, no se trata de una secuencia muy larga. Tiene algo más de 1.100 millones de nucleótidos (las unidades básicas del ADN), lo que supone menos de la mitad que el trigo y una tercera parte del humano.
La soja, a pesar de las propiedades nutricionales y de los múltiples usos que tiene para la industria, no goza de buena prensa en algunas partes del mundo. En Brasil, por ejemplo, es uno de los cultivos señalados por los ecologistas como causantes de la deforestación de la Amazonía. Según Greenpeace, la creciente demanda de carne impulsa el crecimiento de la superficie agrícola y, por tanto, el avance de las tierras de cultivo hacia el interior de los bosques primarios.


Los neandertales también se maquillaban


Los neandertales decoraban su cuerpo con pinturas y ornamentos varios hace más de 50.000 años. Así lo acaba de constatar un grupo de científicos, que ha obtenido la primera evidencia de que esta población se 'maquillaba', lo que los arqueólogos consideran como una conducta moderna y un pensamiento simbólico característicos de los seres humanos actuales.


Para llegar a esta conclusión, el equipo -compuesto por antropólogos españoles, portugueses y franceses- se ha basado en el análisis de conchas marinas que los neandertales usaban como adornos y que fueron encontradas en la Cueva de los Aviones y la Cueva Antón, en la provincia española de Murcia. Según sus datos, el análisis de las pigmentaciones rojas y amarillas en las conchas sugiere que fueron usadas como cosméticos.
"Ésta es la primera prueba concluyente de que diez milenios antes de que se registrara la llegada de los seres humanos modernos en Europa procedentes de África, el comportamiento de los neandertales ya estaba simbólicamente organizado", ha explicado Joao Zilhao, profesor del Departamento de Antropología y Arqueologia de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido y coordinador del estudio, que se publica en 'Proceedings of the National Academy of Sciences'. Este gusto por ornamentarse quiere decir que la capacidad intelectual de los neandertales en Europa era similar a la de los primeros sapiens.
Según el trabajo, en las cuevas de Murcia se encontraron conchas del molusco 'Spondylus gaederopus' que contenía residuos de pigmentación roja hecha con lepidocrocita y mezclada con hematita y pirita. Los autores señalan que los elementos que forman ese tipo de piedras son negros y reflectantes, lo que sugiere que con su uso se buscaba un resultado cosmético.
Por otra parte, en la Cueva de los Aviones se hallaron concentraciones de un colorante amarillo, que probablemente se utilizó en cueros u otros materiales perecederos, y que estaba constituido por natrojarosita, un mineral de hierro también usado mucho después como cosmético en el Antiguo Egipto.
Intercambio culturalSegún los científicos, ya se habían descubierto materiales similares en sitios vinculados a los neandertales, pero se creyó que habían sido robados a los homosapiens modernos o constituían una especie de imitación.
Ya antes Zilhao y sus colegas habían asegurado que se trataba de objetos neandertales genuinos que demostraban una evolución independiente.
Según el antropólogo, "las pruebas encontradas en los sitios de Murcia eliminan las últimas nubes de incertidumbre que ponían en duda la capacidad intelectual de los neandertales".
Zilhao añadió que "cuando se considera la naturaleza de los intercambios culturales que ocurrieron entre neandertales y seres humanos modernos en el momento de contacto en Europea debemos reconocer que ambos habían llevado a niveles de logro cultural idéntico".



Fuente: www.elmundo.es