La entrada no ha sido encontrada pero se cree que se encuentra bajo un pueblo vecino
Seguimos con las noticias relacionadas con Egipto que en estos días no parecen cesar, los egiptólogos van a toda marcha...
Una pirámide enterrada bajo la arena durante más de un siglo ha vuelto a ver la luz gracias al trabajo de expertos egipcios, que a bombo y platillo presentaron el hallazgo en la necrópolis de Saqara, en las afueras de El Cairo.
El secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades Egipcias, Zahi Hawass, explicó a los periodistas los entresijos del "redescubrimiento" de la pirámide, perteneciente al rey Minkauhor (2.430 a.C.-2.420 a.C), por parte de arqueólogos egipcios.
Hawass presentó como si fuera suyo el descubrimiento de la pirámide, aunque poco después, ante la sorpresa de los periodistas, aclaró que en realidad el monumento fue hallado por el experto alemán Karl Richard Lepsius (1810-1884), padre de la egiptología.
Cuestionado por los presentes, Hawass aclaró que, tras su descubrimiento original, la pirámide "desapareció" bajo la arena y ahora un equipo egipcio la ha desenterrado tras año y medio de excavaciones.
Una cámara subterránea
Sin embargo, quien visite el lugar no encontrará la típica estructura piramidal de piedra que caracteriza a estos monumentos, sino un hueco excavado en el suelo con los restos "de una cámara funeraria (de una pirámide) y un camino ceremonial empleado por los sacerdotes de Anubis", prosiguió el egiptólogo.
"La cámara estaba a unos 7,6 metros bajo la arena", señaló Hawas.
Mientras Hawass, tocado con su ya tradicional sombrero de cowboy, mostraba los hallazgos a la prensa, un grupo de expertos egipcios se afanaba bajo un sol de justicia en los trabajos en la cámara funeraria bajo la mirada atenta de los fotógrafos.
En la cámara, que se encuentra por completo al aire libre, reposa la tapa del sarcófago donde estuvo enterrado el rey, de un color más oscuro.
Junto a los vestigios de la pirámide, los vecinos de tres casas contiguas al yacimiento observaban desde lejos la presentación.
Hawass señaló a las casas y advirtió de que sus habitantes "pronto serán trasladados a otro lugar del valle", porque se cree que la entrada de la pirámide se encuentra "bajo este pueblo".
Los expertos averiguaron que el monumento, conocido como la pirámide 29, pertenecía a Minkauhor porque "el tamaño de los bloques de piedra, el material del que está hecho el sarcófago y el tamaño de la tumba son típicos de la Dinastía V y el único rey cuya pirámide todavía no se había descubierto era Minkauhor".
Junto a la cámara funeraria transcurre el camino ceremonial utilizado por el sumo sacerdote de Anubis, dios de los cementerios, y donde los arqueólogos han encontrado una inscripción de Ptolomeo V (204-180 a.C), que ha permitido conocer la fecha en la que fue creada la vía.
Complejo funerario
El camino conduce al Serapeum, un complejo funerario cercano en el que eran sepultadas momias de toros sagrados y se celebraban rituales religiosos.
En el Serapeum de Saqara, cerrado hace diez años por trabajos de restauración que todavía continúan, existen 24 sarcófagos de toros sagrados, aunque sólo se ha encontrado la momia de uno.
Hawass señaló que desde ese lugar el camino ceremonial sigue hasta unirse con una vía antigua conocida como "la avenida de las Esfinges".
Todavía queda mucho por descubrir en la zona arqueológica de Saqara, una de las más grandes de Egipto y en su día necrópolis de Menfis, la antigua capital del reino.
"Falta por encontrar las pirámides secundarias (de Minkauhor)", dijo Hawass, quien aseguró que todavía hay muchas pirámides por descubrir en el país del Nilo. "Estoy seguro de que hay más bajo la arena", concluyó lanzando una mirada al inhóspito paraje desértico a su alrededor.
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