miércoles, 25 de junio de 2008

Cuba registra una vacuna terapéutica contra el cáncer pulmón


El compuesto ha superado las pruebas clínicas y empezará a ser probado en Perú en agosto


Cuba dio registro sanitario a una "vacuna terapéutica" que puede alargar entre un 30 y un 40 por ciento el tiempo de vida de los enfermos terminales de cáncer de pulmón y que es comercializable en Estados Unidos, informaron hoy fuentes del Centro de Inmunología Molecular (CIM).
El producto CIMAVAX EGF, según sus promotores, el primer tratamiento de este tipo en el mundo para pacientes de esa enfermedad, tiene desde 2004 una autorización de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de EE.UU. (OFAT) para la realización de pruebas clínicas y la comercialización.
La jefa del proyecto, Gisela González, indicó en conferencia de prensa que la vacuna es un compuesto a partir de dos proteínas recombinantes.
Ha superado las pruebas clínicas y obtuvo el pasado día 12 el registro sanitario en Cuba, y empezará a ser probado en Perú en agosto.
Además, se desarrolla una prueba similar en Malasia, país en el que una compañía tiene los derechos para las pruebas clínicas preceptivas y la comercialización en el continente asiático.
La empresa canadiense YM BioScience tiene los derechos para el ensayo y la producción en Estados Unidos, al haber adquirido los derechos suscritos en 2004 por la compañía californiana CancerVax Corporation con el Gobierno cubano para la producción cooperada de vacunas contra el cáncer.
Comercialización
"Ya está lista, se mantienen estudios de seguimiento, ahora, para administrar en el extranjero, hay países que no requieren ensayo clínico y otros en los que sí", indicó González, al asegurar que el tratamiento podría empezar a ser utilizado de inmediato pero en muchos países es obligatoria la realización de pruebas clínicas propias.
En el caso de los ensayos clínicos en países europeos o en EE.UU., el tiempo habitual para conseguir la aprobación de las autoridades ronda el año en las mejores circunstancias -con una amplia muestra de pacientes-.
De acuerdo a la doctora Tania Crombet, del grupo investigador, el fármaco es complementario pero no sustitutivo de los tratamientos ciclostáticos como la radioterapia o la quimioterapia, aunque reduce el tiempo de exposición a éstas, mejora la calidad de vida de los pacientes y "no tiene efectos colaterales severos".
"La vida de un paciente terminal se puede alargar entre cuatro y cinco meses", dijo, al precisar que el tiempo estimado de vida para un paciente en esa fase de la enfermedad se estima en unos doce meses, dependiendo de la persona.
Agregó que para evaluar el incremento de la calidad de vida se siguió un cuestionario homologado en Europa para esta medición y conocer así el estado de los pacientes en aspectos como la falta de aire, el apetito o la pérdida de peso.

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